Uso de redes sociales en la adolescencia durante la pandemia: la calidad importa más que la cantidad

La conexión social es esencial para el adecuado desarrollo en la adolescencia. Las interacciones sociales le permiten a las y los adolescentes divertirse, aprender y explorar sus intereses y tienen importantes beneficios para la salud mental y el bienestar. Sin embargo, relacionarse con los demás es una habilidad que se aprende y se desarrolla en la adolescencia. Así como nos caemos muchas veces cuando estamos aprendiendo a caminar, en la adolescencia nos tropezamos varias veces, nos equivocamos y lastimamos cuando estamos aprendiendo a hacer amigos y amigas. Tanto en línea como fuera de línea, las interacciones con los demás son muchas veces positivas pero también a veces negativas. 

Desde hace varios años, las redes sociales son una plataforma para mantener amistades y socializar. Esto ha cobrado particular importancia en los últimos meses. Durante las contingencias del COVID-19, las y los adolescentes han enfrentado grandes retos: la educación a distancia y el distanciamiento social. El cambio de aprendizaje de clases presenciales a clases en línea nos ha obligado a pasar mucho más tiempo frente a las pantallas y lejos de nuestras compañeras y compañeros de clases y docentes. El uso de las redes sociales han sido un medio de gran ayuda para que las y los adolescentes mantegan sus amistades y su conexión social. Es importante que las experiencias de las y los adolescentes en las redes sociales se consideren y se evalúen, ya que, igual que en el mundo presencial, las interacciones con amistades y pares pueden ser positivas y negativas y tener una influencia distinta  en el desarrollo de las y los adolescentes. 

En el estudio realizado por nuestro equipo, investigamos cómo las experiencias positivas y negativas en línea se relacionan con sentimientos de soledad durante la etapa temprana de la pandemia. La población estudiada fueron adolescentes en Perú de 11 a 17 años. Las y los adolescentes respondieron a varias encuestas sobre soledad durante la pandemia, sus experiencias en las redes sociales y el apoyo social que tuvieron durante la pandemia. Como resultado de la contingencia, ha aumentado considerablemente el tiempo frente a pantallas. Con este aumento de tiempo, tanto las experiencias positivas como las negativas son más frecuentes. Sin embargo, las experiencias de los adolescentes en línea son más positivas que negativas.

Las experiencias positivas en línea incluyen recibir ayuda, información y apoyo en redes sociales. Estas experiencias se asociaron con sentir menos soledad. Por lo contrario, las experiencias negativas implican sentir malestar o exclusión en redes sociales, o recibir comentarios desagradables. Estas experiencias fueron menos frecuentes que las experiencias positivas y se relacionaron con mayores sentimientos de soledad. 

Uno de los resultados más importantes que este estudio mostró fue que la calidad de las experiencias en las redes sociales es más importante que el tiempo que los adolescentes utilizan las redes sociales. El tipo de interacción en línea es mejor predictor de los sentimientos de soledad que simplemente el tiempo frente a pantallas. 

Además, tanto las experiencias positivas como las negativas aumentaron con la edad. Esto muestra la importancia de poder intervenir de forma temprana con adolescentes más jóvenes para fomentar lo positivo y reducir lo negativo de las interacciones en línea y establecer buenos hábitos digitales. 

En conclusión, las redes sociales son una plataforma poderosa para que las y los adolescentes puedan practicar y desarrollar sus habilidades sociales. Debemos darles apoyo y acompañamiento para que estas interacciones sean de la mejor calidad y promuevan su bienestar. 

Recomendaciones

  • Ser realista sobre las experiencias negativas y positivas que se encuentran en las redes sociales. Es importante apoyar a que las y los adolescentes tengan más experiencias positivas mientras están en línea.
  • Es importante tener conversaciones con las y los adolescentes acerca de los efectos negativos que tienen las redes sociales durante la etapa de la adolescencia. 
  • Las familias pueden apoyar a que las experiencias positivas en las redes sociales sean a más temprana edad. Al fomentar interacciones sociales que son positivas ayuda que las y los adolescentes mantengan interacciones que pueden mejorar su estado de ánimo. 
  • Nuestra sociedad tiene que invertir en tecnología que fomente las interacciones positivas para las y los adolescentes. Adicionalmente, las tecnologías deben proveer oportunidades que ayuden a las y los adolescentes en su salud mental. 

Estudio original en inglés: https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/jora.12666


Acerca de la Autora:

Yailín Álvarez Bahena es estudiante de licenciatura en la Universidad de California, Berkeley, donde estudia Psicología. Yailín está interesada en tener más conocimiento sobre cómo los factores socio-culturales impactan el desarrollo adolescente. Yailín es asistente de investigación en el proyecto Transiciones del Instituto de Desarrollo Humano de la Universidad de California, Berkeley.


1 comentario en “Uso de redes sociales en la adolescencia durante la pandemia: la calidad importa más que la cantidad”

  1. Excelente
    El consumo desenfrenado de nuevas tecnologías que buscan la novedad por la novedad conduce a afectaciones para los consumidores de las mismas, quienes se verán afectados ya no sólo presentando signos y síntomas que evidencien afecciones físicas como las descritas en el texto anterior, sino también en el uso de sus funciones mentales superiores, con una menor capacidad de flexión básica, así como poca o nula habilidad de comunicación real cara a cara.

    Asimismo pueden presentarse disfunciones en la memoria, además de datos sugestivos relacionados con el déficit de atención, dificultad para permanecer concentrado en una cierta tarea y agitación. Pueden agregarse también patrones de conducta sutiles que conlleven el desprecio por los demás y de otros dispositivos que pudieran resultar igualmente útiles. Incluso los estudios sugieren que el estímulo digital constante puede estar contribuyendo a un déficit de atención con mayor problemática en la sociedad moderna.
    Resulta triste observar a niños y adolescentes que presentan comportamientos de desorientación, distracción y cierto desconcierto respecto de sí mismos, así como de su entorno, del cual se muestran totalmente aislados mirándolo a través de una pantalla diminuta. Niños y adolescentes necesitan por sobre todas las cosas un buen educador.

    Las características propias de este tipo de juguetería digital muchas veces se confunden con las habilidades que debieran desarrollarse en un aula de clase. El cerebro da la impresión de preferir dar “clics”, ver videos y fotos a leer y/o estudiar seriamente; presentando crecientemente ya no solo dolor en el cuello, sino déficit neuronal continuo y además con pérdida de oportunidades en la adquisición de otras habilidades.

    Mientras disfrutamos de las bondades de la red estamos sacrificando nuestras capacidades para leer, debilitando el pensamiento con profundidad, crítico, reflexivo, conceptual y creativo. Así hasta el punto de que al ser humano le cuesta cada vez más leer un libro y asimilar textos extensos, pues se ha ido acostumbrando a lo inmediato de la red.

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